El mensaje de las últimas horas del Papa León XIV dirigido al empresariado argentino provocó impacto por su advertencia sobre la necesidad de pagar salarios justos, y además porque eligió un nombre para encarnar su pedido: Enrique Shaw, empresario bonaerense, referente del humanismo cristiano y uno de los pocos laicos argentinos con proceso de canonización en marcha.
Al destacarlo, el Papa buscó mostrar que existe un modo de hacer empresa donde la rentabilidad no se construya a costa de la dignidad de las personas.
León XIV habló de evitar la mirada “economicista” y de orientar la economía al bien común. En ese contexto, su cita a Shaw no fue casualidad: fue una señal directa.
Para el Papa, la figura del famoso hombre de negocios que se desarrolló en territorio de la Provincia de Buenos Aires demuestra que el liderazgo empresario no necesita desconectarse de la ética ni del compromiso social. Su vida (y sus decisiones concretas) son la evidencia.






