por María Adelina Mercuri
Mientras ayer se sorteaban 158.176 créditos de Pro.Cre.Ar, el programa de vivienda familiar de la Anses, el gobierno de Altieri y Muriale utilizaba los 247 lotes sociales (propiedad del Municipio por la última ordenanza) para conseguir votos, especulando con la necesidad de la gente a través de un programa que no garantiza el acceso a la vivienda digna.
En la sesión del 4 de julio se aprobó en el Concejo Deliberante de Pinamar, gracias a la denominada mayoría automática, la Ordenanza 4285/13. La misma faculta al Departamento Ejecutivo a subdividir las manzanas ubicadas en Ostende, adquiridas por intermedio del Programa Plan Familia Propietaria, para ser afectadas a fines habitacionales de interés social.
La negativa de los concejales de la oposición a aprobar esta normativa, tenía fundados argumentos en base a antecedentes; entre ellos, la despiadada especulación del valor de la tierra que se hizo en los años 90, a partir del otorgamiento de lotes a familias de escasos recurso. En ese entonces, Blas Altieri, a través de este mismo programa - Plan Familia Propietaria- y con la única finalidad de conseguir votos, entregó las tierras a familias de escasos recursos que se les hacía muy difícil la concreción de la vivienda. El resultado fue que las familias necesitadas vendieron los lotes de manera informal; negocio que se reiteró indefinidamente, hasta que las tierras cayeron en manos de especuladores. Este escenario fue manifestado por la funcionaria y arquitecta Raquel Bravo Almonacid en una reunión con todos los concejales, previo a la sanción de la norma.
El programa de vivienda actual es tan improvisado como el de aquel entonces, en los años de despilfarro altierista cuando sus hijas y funcionarios se quedaron con viviendas sociales. El plan presenta dos falencias sustanciales: carece de un programa de construcción que contemple, por un lado, el financiamiento de las viviendas. Y, por otro, un proyecto urbanístico que brilla por su ausencia.
El zorro pierde el pelo pero no las mañas y en el 2013 la historia vuelve a repetirse. Las prácticas para conseguir votos, también. Para lograr el acceso a los lotes, los interesados deben asistir a las reuniones que se realizan en el área de Producción del Municipio cuyo patrocinador es Jorge Ferreiro, actual director de Acción Social (ex Director de Transito).
En esas concurridas reuniones, el funcionario explica las bondades del programa, previa encendida introducción al voto.
“Ahora la Municipalidad tiene 247 lotes que son de ustedes, no nuestros. Ya pasó por el Concejo Deliberante y que para juntar los votos solo cinco concejales la votaron, de los diez. Eso es importante que lo sepan porque ahora renuevan concejales. Tenemos 247 lotes en noviembre y 720 lotes a partir de enero. Los 720 lotes no pasaron por el Concejo por eso digo: ojo… abran bien los ojos” (sic).
Un llamado interrumpe el relato, Ferreiro se toma todo su tiempo para explicar cómo deben votar “sin decirlo” y prosigue: “A nosotros no nos importa lo que hagas de tu vida con el voto. Ojala cambies el mundo. Pero hay cinco concejales que le importaron un carajo la gente, así de cortito te lo digo” (sic).
Cada vez más entusiasmado, y para que no quedaran dudas del mensaje, el tono del funcionario se va tornando terminante, hasta llegar a una recomendación de sutileza obtusa: “A 247 personas, que son los lotes que tenemos, le dieron la espalda los concejales. Por eso digo: ´Ojo, piensen bien y depositen su voto a gente de confianza y que esté comprometida con proyectos como éste. Por lo menos con este proyecto, con los 720 locales´” (sic), remató Fereiro.
La verdadera razón por la cual se sancionó la ordenanza de los lotes, con la premura manifiesta, fueron dos. La primera está ligada el plan Pro. Cre. Ar. que impulsa el gobierno nacional. La propia Almonacid manifestó ante los concejales los riesgos que implicaba que Anses tomara las tierras ociosas existentes en Pinamar para unirlas al programa. Los fantasmas de Almonacid, que pegaron fuerte en algunos concejales, apuntaban a que el Pro. Cre. Ar. propiciaría la “llegada de gente de cualquier parte a ocupar las tierras”. Nada más lejos de la realidad. Ante estas declaraciones, el concejal del Frente para la Victoria Roberto Porretti, se reunión con la referente de Anses Pinamar y le explicó que era improbable que eso sucediera por la serie de requisitos que reúne el programa. La segunda razón era, lisa y llanamente, la renovada utilización del voto por la necesidad.
Resulta paradójicamente psicótico, cuando el gobierno de Muriale - que dice ser Frente para la Victoria, vilipendia y boicotea (por interés mezquino o ineptitud) en forma sistemática los programas del gobierno tanto provincial como nacional. Y en este caso, los ciudadanos pinamarenses en vez de acceder a un programa nacional acabado y hasta ahora único, solo obtendrán la menesterosa propuesta municipal a cambio de sus votos.
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