jueves, 16 de septiembre de 2010

La noche de los lápices


El 16 de septiembre de 1976, estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nº 3 de La Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años. Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ungaro, María Clara Ciochinni y Daniel Racero son los seis estudiantes que permanecen desaparecidos, en tanto el séptimo, Pablo Díaz, fue liberado poco después del secuestro.
El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, quien calificó al suceso como “accionar subversivo en las Escuelas”, pero este hecho es recordado como “La noche de los lápices”.
En el movimiento estudiantil secundario se vivieron experiencias hasta ese momentos inéditas en lo referente a participación política, en tanto ésta es atendida en un sentido partidario más o menos directo.
La política había impregnado el conjunto de la vida estudiantil, dentro y fuera de las escuelas. Las organizaciones políticas vieron incrementado notoriamente el número de sus militantes y el grado de su influencia. "Las tres fuerzas más importantes son, en este orden, la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), la Federación Juvenil Comunista (FJC) y la Juventud Secundaria Peronista (JSP)". Era una época en que, como dijo Salvador Allende, el presidente mártir chileno: “ser joven y no ser revolucionario es, hasta biológicamente antinatural”
Para ello utilizaron un pretexto tan obvio como falaz, se trataba de subversivos reales o potenciales que ponían en riesgo al conjunto del cuerpo social. El ser joven pasa a ser un peligro. Sólo tres de ellos aparecieron un tiempo después. Levantaron chicos en algunos colegios que ya tenían marcados y enemigo era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales, por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos.
Como dijo el historiador Osvaldo Bayer “los héroes de la resistencia civil argentina eran más jóvenes, apenas adolescentes. Habían luchado por la rebaja del boleto estudiantil. Para que los que vivían lejos pagaran igual que los que vivan cerca. Justicia, camaradería, solidaridad, la bella palabra. Se reunían y cantaban por la calle: ‘Luchar, luchar, por el boleto popular’, ‘Eso, eso, eso, boleto de un peso’. Cuando llegó la dictadura pasaron a ser sospechosos. Pasaron a ser activistas terroristas.
Sin embargo, como dice la frase de Neruda, ni el acto más vil podrá detener la primavera. Porque el alma de ellos está en nosotros, haciéndose presente en cada acto de injusticia que merezca lucha, en cada revolución, en cada canción que plasme ese sentimiento, en cada rincón y en cada recuerdo que se hace carne al traerlo a la memoria.
Por eso, y para que su lucha y su sufrimiento no sea en vano (no lo fue ni por un instante), recordémoslos en este día, denominado “La Noche de los Lápices”, donde salvaje e impunemente les quitaron la libertad, pero jamás, jamás, les arrebataron sus sueños e ideales. Es una herida que desgarró para siempre el corazón de nuestro pueblo, y sólo podrá doler menos cuando cada uno de los responsables pague sus culpas. Como dicen las Madres: “Ni olvido ni perdón, 100 años de prisión.”
Gracias.
Se agradece su difusión.
Juventud Radical – UCR
Presidente
Eric Avalos.

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