martes, 8 de mayo de 2012

Un aumento para mi bolsillo



(PinamarInfo) En la mañana del lunes el Sindicato de de Trabajadores Municipales de Pinamar (STMP) con bombos y platillos se instaló en el recinto del Concejo Delirante. La masa de trabajadores, exigía una propuesta con la amenaza de no retirarse de la dependencia hasta no conseguir el compromiso de los ediles. La propuesta tamizada, consistía en la aprobación del presupuesto y el aumento de tasas para atiborrar el desbarajuste financiero del estado municipal.  

El mismo grupo de trabajadores que el viernes pasado increpó a los concejales en el edificio del Deliberante y prometía tomar la dependencia, regresó hoy por la mañana pero esta vez respaldado por la cúpula sindical, pese a que su referente máximo, el secretario gremial, Juan Carlos De León, no abrió la boca. Su participación se limitó a firmar el acta de compromiso de realización de una sesión extraordinaria programada para el jueves 17 de mayo para tratar el presupuesto.

En las alocuciones se destacaron: Venecia, Lugones, Fabiani, Caloni, Siste y Sami, pese a  que a éste último, sus compañeros lo hicieron callar en varias oportunidades. El clima de la reunión, fue tenso y agresivo, el tono de los trabajadores amenazante y provocador para con todos los concejales. Excepto cuando hablaba el concejal, Hernán Muriale, a quien escuchaban con un respetuoso silencio y hasta aplaudían al final de cada intervención.  



El concejal oficialista que jugaba como local, pretendió desplegar una artimaña grosera en provecho de la buena voluntad del edil de Proyecto Pinamar, Edgardo Paso. Una vez que se sumaron a la mesa de negociaciones los concejales justicialistas: Baldini, Porretti y Germain, y a los que ya estaban: Lamas, Paso, Ávila y Muriale, se comenzó a planificar los tiempos para el tratamiento del presupuesto. En el momento en que los ediles estaban acordando el compromiso, Muriale pretendió que en el acta constara también la obligación de aprobación del presupuesto. A lo que Porreti respondió rápidamente: “Dejate de joder Hernán”; Baldini le replicó: “No insistas” y  Paso, cansado de las chicanas le gritó; No me voy a comprometer a aprobar algo que vos querés” y le recordó la onerosa compra del auto por parte de su Intendente con la crisis financiera existente. Los trabajadores consideraron el comentario, para desconcierto del propio Paso, como una digresión del tema y le manifestaron que “eso no tenía nada que ver”.

“No mezclemos la política acá” repetía el delegado del Corralón Sur. “Pónganse a trabajar, manga de sinvergüenza” era otro de los epítetos. Las amenazas de parte de los trabajadores a los concejales se repetían en simultáneo. Aunque al mismo tiempo aclaraban que eran personas pacificas.

El presidente del HCD, Albero Germain, explicó el viernes pasado a los trabajadores que la asamblea de Mayores Contribuyentes para el tratamiento del Código Tributario no podía realizarse porque se vencieron los mandatos. Les advirtió que desde el 1 de mayo se encontraba a disposición el nuevo registro que caducará el 15 del mismo mes. Por lo tanto el Concejo “no es que no quiera sino que está sujetos a la designación de los nuevos mayores contribuyentes”. La explicación fue reiterada por Paso en el día de hoy. Pero hasta que Muriale no la ratificó, ratificación que demoró adrede, los trabajadores no entraron en razones.

Se ensañaron con la Comisión Investigadora. Otro trabajador los definió como “Petrocelli” y dirigió los cañones contra Porretti acusándolo de estar imputado y ejercer el cargo de concejal. Porretti no respondió a las agresiones.

Los cánticos fueron para la concejal Taurizano, que se levantó del lecho de enferma para firmar el acta de compromiso. Al ingresar al recinto un grupo de trabajadoras y Mónica Lugones le coreaban: “Que se vaya, que se vaya…”.

El asombro se vio rebalsado cuando el radio operador del Hospital, Manuel Venecia, desde el pulpito emitió su juicio con la anuencia de los sindicalistas: “El silencio de esta gente y la ausencia de Di Pascuale habla de que lo único que están buscando que este pobre tipo -por Altieri- se caiga a pedazos de una buena vez por toda. Se están repartiendo la herencia del viejo antes que el viejo se muera”. Pero antes se encargó de señalar que él no tenía filiación política. A esas alturas ya no había dudas, la acción politica estaba consumada y el fin era conseguir el aumento del presupuesto a como de lugar y por ende el incremento de las tasas municipales para saciar la sed municipal.

En el tramo final el concejal Muriale insistió con otra bribonada, les aclaro que “la realización de la sesión extraordinaria no implicaba la aprobación del presupuesto”. A lo cual Lugones golpeándose el pecho manifestó: “Para eso estamos nosotros”    

Los concejales de la oposición fueron amedrentados, burlados y descalificados, así como se vivenció en las pitadas callejeras de la ciudad. El reclamo de los trabajadores es justo porque las necesidades básicas no están contempladas en el salario de los que menos ganan. Pero las necedad de algunos y el aprovechamiento deliberado de otros, los de siempre, tiñen de sombra un reclamo que detrás del beneficio de la masa trabajadora parece dirigirse a la contribución de las arcas de un estado municipal que desangra a la comunidad.    

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