sábado, 6 de julio de 2013

A mis hijas, mis compañeros y a la comunidad

por María Adelina Mercuri 
La que suscribe, directora de este medio hace saber a la comunidad y denuncia públicamente una campaña de desprestigio y agravios falsos, impulsada por el seudo locutor llamado Diego Uribe. Las falsedades emanada de su odio ancestral, afecta no solo mi trayectoria intachable en la comunidad, sino la integridad de mi persona y la de mi familia.
LLege a este maravilloso lugar hace casi tres décadas con mis escasos 23 años, con mi título de Instrumentadora Quirúrgica bajo el brazo y el proyecto de una familia que pude concretar con felicidad. Estuve casada 21 años con un nombre maravilloso, Guillermo Capararulo, que representa todo lo bueno que debe tener una persona y que gracias a Dios es el padre de mis hijas. Hoy comparto con él una amistad que supera cualquier cosa. Pocas mujeres pueden jactarse de tener una relación así, basada en el  respeto, el amor y la admiración.

Esta campaña no es de ahora, data de unos años atrás cuando Caprarulo por su capacidad, cosa carente en Pinamar, fue jefe de prensa del gobierno de Porretti y Rafael De Vito. En ese entonces Uribe comenzaba sus campañas chantajistas, desmereciendo la comunicación y  el periodismo hasta lo más bajo. Superando inclusive a otros. Cuando sus caprichos en detrimentos de otros colegas no fueron satisfechos, Uribe inició el derrotero de desprestigio hacia mi persona y por ende mi familia.
Luego mi labor periodística justo a Mariana Dufour y otros compañeros como Sergio Michnowicz, Juan Demarchi, y Guillermo Jozami, lo puso más nervioso ya que tenía que responder a los intereses espurios. Este grupo de periodista iniciamos la era de un periodismo diferente, denunciante, comprometido, desenmascarador de las hipocresías de una clase gobernante que avasallo y avasalla los intereses del pueblo. Perimetralmente otro periodistas se fueron sumando y así la cara de Pinamar puertas afuera, presento una comunicación honesta y veraz que nos valió el reconocimiento de periodistas nacionales y provinciales. Esta movida se sustentó en la invalorable labor de Lucas Ventoso, y el apoyo incondicional en la tarea legislativa de concejales como  Gabriel Vidauli y Roberto Porretti que han sido sistemáticamente víctimas de este personaje siniestro que se llama Diego Uribe.

El hombre recurre a todas las bajezas, violencia de género, difamación, extorsión con real malacia. Sé que muchos lo toman como el bufón del pueblo. Y eso es, “el bufón del rey”. Porque no trabaja solo para sus intereses, tiene patrones: funcionarios del gobierno municipal que podrían salpicar al mismísimo intendente. Concejales en ejercicio cuya juventud no les impide remitirse a lo más ruin para socavar lo más sagrado: el trabajo de los ciudadanos honestos.
Mis decisiones siempre se fundamentaron en la honestidad de mis convicciones y en el bien común. Nunca desilusionaré ni a mis hijas, lo más sagrado de Dios me dio; ni esta comunidad que pese a todo la amo, porque ella me regalo amigos entrañables que son familia.

Trabajo por un Pinamar para todos, lucho por desterrar los egoísmos y la gula.
Trabajo para que se impongan de una buena vez los valores propios de una sociedad solidaria, digna, comprometida con el bienestar social, sin patrañas, ni disfraces.
Trabajo todos los días con una frase en mi cabeza “Ved en trono a la noble igualdad”.
Uribe podrá seguir mintiendo, fabulando, chantajeando, arrastrándose, como un buen bufón. En todo caso su hijo le enseñará el plato de madera. Pero yo, María Adelina Mercuri, madre, compañera, militante, amiga, no bajaré los brazos jamás.

Maria Adelina Mercuri
16 497156 

 


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