miércoles, 22 de agosto de 2012

La impericia de Silvia Matín entorpeció el trabajo de Desarrollo Social de la Nación



Por María Adelina Mercuri
Por la soberbia intervención de la directora de Acción Social, Silvia Martín, el equipo del Ministerio de Desarrollo Social suspendió la entrega de los materiales destinado para la región. Muriale debió intervenir no solo por la Martín, sino por el accionar de un periodista inescrupuloso. En el complot, la funcionaria y Uribe pretendieron culpar a una periodista por la cancelación.

Tal como informáramos de manera precisa, el fin de semana pasado el equipo interdisciplinario del Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner, entregó los materiales a las treinta y ocho familias relevadas en la visita que realizara el Tren de Desarrollo Social y Sanitario” del 28 de marzo al 2 de abril. Los camiones se ubicaron en las inmediaciones del Polideportivo y llegaron a la región para cumplir con el trabajo iniciado por el equipo interdisciplinario que funciona a modo de ministerio itinerante. La comuna de General Madariaga también formó parte de los beneficiados pero sin escándalo de por medio. Los funcionarios del gobierno de Altieri ya habían tenido problemas con el equipo que venía en el tren tanto por las falencias organizativas, como por el abuso en las solicitudes para amigos del poder y no para los verdaderos destinatarios del programa.

Desde el viernes los funcionarios municipales, Sarrafiore y Santoiani, estaban al corriente de la llegada de los camiones con los suministros. Pero no le avisaron a Silvia Martín con quien el dialogo esta prácticamente cortado. Aunque de todas maneras se enteró.  El día domingo PinamarInfo se topó con cuatro de los camiones que recorrerían las zonas más necesitadas con la apoyatura de un vehículo municipal cuya única función fue la de guía. La entrega se efectuaba en forma directa sin intermediarios y específicamente a cada familia censada que acreditara su identidad. Todo se desarrollaba normalmente hasta que la Sra. Martín, en un acto de soberbia torpeza, aspiró a capitalizar el trabajo social y tras una fuerte discusión con la responsable del operativo nacional, se resolvió la cancelación del mismo.



La desatinada intervención de la directora de Acción Social provocó que el intendente interino, Hernán Muriale, saliera a la palestra y se comunicara rápidamente con las autoridades para subsanar la situación. Entretanto la Martín recurría a la prensa cómplice, Diego Uribe. El bufonesco conductor tiró lo único que sabe hacer y lo que en periodismo se llama pescado podrido (noticias falsa). En su página de Internet publicó bajo el título: “Personas carenciadas pierden una importante posibilidad debido a el accionar de una infame periodista local, "directora" de un pasquín de internet”. La infamia en estado de descomposición respecto a la suspensión de la entrega, se le atribuyó a la periodista denominada: “M”  (ver nota aparte por Mariana Dufour). Lo mismo fue reproducido en su página de faceboock con la designación de  “la yegua”. Lamentablemente muchas fueron las mujeres que adhirieron a este calificativo machista, entre las que se pudo contar a la atroz concejala, Leonor Di Maio.

No obstante, el argumento entupido de la intervención periodística, que deja muy mal parada a la ministra Alicia Kirchner, Muriale habría logrado que trascendiera las fallas técnicas en el procedimiento para cubrir la gula de la funcionaria de su gobierno. Consultados funcionarios de Nación por este medio respecto del resguardo en la comunicación, explicaron que la cautela es para impedir las especulaciones y el aprovechamiento de los gobiernos de turno en función de las necesidades de la población carente. Pero no se trata de impedir la libertad de prensa.  

Silvia Martín se embarra sola, sin ayudad de nadie, cuando declara por radio la falta de coordinación de la Nación: “A mi nadie mi aviso”, declaró. El punto es que nadie debía avisarle a ella. Es por ellos que la amiga íntima de Altieri creyó que estaba en los viejos tiempos y se presentó para hacer valer sus derechos de viuda política y la sacaron corriendo.

Las familias carentes que se vieron auxiliadas por el accionar de la Nación destacaron la ausencia de trabajo de campo y la incapacidad de la directora de Acción Social,  que depende de la Secretaria a de Salud a cargo del Dr. Omar Curto. La mimada del intendente destituido, Blas Altieri, fue heredada por el actual intendente, Hernán Muriale, y junto con ella su inoperancia. “Martín tiene la capacidad única de que “todo lo que pasa por sus manos los deshace o directamente lo destruye”, así lo determinan muchos de los que han intentado trabajar con ella. Recordemos el programa “Envión”. La desidia de la señora llega a tal punto que hizo que se venciera la leche que debía repartirse entra los lactantes del plan “Más Vida”, mientras solicitaba a Salud leche proveniente de otro plan provincial. Las  manifestaciones antes mencionadas se re afirman con la mala relación entre la Martín y Horacio Sarrafiore, subsecretario de Producción, el que también merece un capitulo aparte con el manejo de las cooperativas de trabajo, programa que baja del Ministerio de Desarrollo Social con intervención de los Municipios.

Parafraseando al bufón cuando dice que “la destitución de Altieri es responsabilidad de los funcionarios por su incapacidad” deberíamos agregar: “Y la prensa inepta escogida para el trabajo sucio”.

Finalmente hoy se reanudará la entrega de materiales por parte de la gente de Nación. El operativo se realiza sin la intervención de funcionarios municipales que a diferencia del jefe comunal de General Madariaga y sus funcionarios, los piamarenses no podrán ni acercarse a los camiones ni al personal.




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