jueves, 2 de agosto de 2012

La trampa: un hábito que parece enquistado en este gobierno

Por Mariana Dufour
Parece que en Pinamar nada ha cambiado. El 10 de julio se destituyó al intendente Blas Altieri por graves actos de corrupción pero, su reemplazante, Hernán Muriale y sus hombres de confianza (en la complicidad) parecen continuar con las mismas “jugarretas” que buscan ensuciar al Concejo Deliberante con la clara intención de “salvar” a su líder y, así, continuar enriqueciéndose en la corrupción. La sesión especial de ayer postro un viejo, y ya tradicional modo de gobernar del MUPP que tiene a la trampa y a la mentira como base de sus gestión.

El miércoles, el Concejo Deliberante de Pinamar concretó una sesión especial solicitada por el Ejecutivo para tratar la aprobación de licitaciones con único oferente para la adquisición de combustible destinado a móviles policiales y municipales. Una solicitud que fue aprobada por unanimidad: el Ejecutivo cuenta con $400.000 para la compra de combustible. Una necesidad calificada de “urgente” por el Ejecutivo.

“Licitaciones ya adjudicadas y pagadas”
Los puntos a tratar incluían la aprobación de ofertas únicas “ya adjudicadas y pagadas ” por parte del Ejecutivo sin haber contado con la debida autorización del HCD. Ante esto, el edil Alfredo Baldini recomendó consultar al Tribunal de Cuentas que tiene la facultad de responder en 24 horas. Aun así, el concejal por el MUPP, Pedro Elizalde, insistió en la necesidad de aprobarlas: “No se trata de echar culpas; eso no da solución. Demorar esto nos causará problemas. El contralor lo veremos más adelante” dijo.

Durante la sesión pudo observarse claramente dos posiciones bien diferenciadas: la de Edgardo Paso, Daniel Lamas y Pedro Elizalde defendiendo la postura oficialista y la de Mercedes Taurizano, Gabriel Vidauli, Alfredo Baldini, Roberto Porretti y Alberto Germain contraponiendo sus argumentos. Fernando Ávila y Rosana Di Pascuale no estaban presentes.

Finalmente, por cinco votos negativos y tres positivos se rechazó la aprobación de estas licitaciones “ya adjudicadas, pagadas y consumidas”.



“Una cama administrativa”
Llegados al último punto del orden del día, el debate desenmascaró lo que Vidauli, apoyado por sus pares, calificó de “intento de cama por parte del oficialismo”.

El punto 5 del orden del día proponía el tratamiento del Expediente Nº 117/12 caratulado: Adquisición Combustible. Proyecto de Ordenanza. Sin embargo, el expediente que el presidente del HCD había aceptado incluir en la sesión, a solicitud del oficialismo a último momento, era el Nº 684/12, tratado en comisión. La responsabilidad de este extraño cambio en el número de expediente recaería sobre la secretaria del bloque del MUPP, Karina Brayota. Claramente, la intención del oficialismo era que el cambio pasara desapercibido. ¿Por qué? Se intentaba que el HCD aprobara una licitación decretada por el Ejecutivo que forma parte de los 33 puntos que la Comisión Investigadora analizó y calificó como “falta grave” y que el Cuerpo consideró como válida para decidir la destitución de Blas Altieri.

El punto 24 de la comisión se denomina, justamente, “adjudicación de licitación privada con oferta única sin intervención del HCD”. El 12 de enero de 2012, “el Intendente Municipal sanciona el decreto 87/12 mediante el cual adjudica la Licitación Privada 01/12 al oferente GNC Gesell SRL.”. Una irregularidad que “hace presumir el perjuicio contra la administración pública”.

Fue el exagerado énfasis que dedicaron tanto Paso como Elizalde a la defensa de la aprobación de este punto lo que encendió la desconfianza de algunos ediles. Los argumentos de Paso y Elizalde apelaban a falta de sensibilidad de los concejales por dejar a las ambulancias sin combustible. “Pero si se trata de un combustible ya consumido y abonado, ¿por qué responsabilizan al cuerpo de que mañana las ambulancia no podrán circular? preguntó Vidauli. “Acabamos de aprobar por unanimidad $400.000 para la compra de combustible que permitirá funcionar a las ambulancias. No veo la razón de esta reacción”.

Porretti solicitó un cuarto intermedio y la duda tuvo su respuesta: el cuerpo estaba tratando el expediente 117/12 y no del Expediente 689/12 que Germain había aceptado incluir en la sesión.

Reiniciada la sesión, los nervios de Paso, Lamas, Elizalde y Brayota se hicieron evidentes. Vidauli tomó la palabra para señalar que, “bajo la presión de que vamos a dejar a las ambulancias sin nafta, pretendieron que cometiéramos un tremendo error administrativo: estaríamos aprobando algo por lo cual destituimos a un intendente. Se trata de una deslealtad y una traición. Es una cama administrativa la que nos han hecho, señor presidente. Esta aprobación hubiera significado el aval de un hecho que fue denunciado como ilícito administrativo y cargo de destitución ante la Suprema Corte de Justicia por este Concejo. ¿A qué estamos jugando en esta sociedad?”. Vidauli explicó que esto hubiera permitido a Altieri cuestionar lo actuado por la Comisión Investigadora y el consecuente fallo del HCD.

A pesar de esta situación, Paso sorprendió con su alocución: “Me gustaría saber cómo vamos a hacer con esta licitación. ¿La vamos a rechazar? ¿La vamos a dejar pendiente hasta que dictamine la Corte? ¿Qué hacemos? A Altieri ya se lo destituyó y a hora está el intendente Muriale que manda esto porque sino no puede pagarlo. ¿Qué le decimos? Hasta que no este destituido Altieri, ¿no le pagamos?”

Alberto Germain solicitó usar la banca para responder a los ediles oficialistas, a Paso y a Brayota: “Me llena de espanto lo que ha sucedido. Quiero hacer un mea culpa porque yo acompañe el despacho que se presentó con este número de expediente” sin advertir el cambio. “Lo considero una jugarreta con muy mala intención. Querían que convalidáramos un hecho que ya fue calificado como una irregularidad administrativa importante del intendente depuesto”.

Luego de que Lamas y Elizalde aclaran que no había habido “intención maliciosa” en el hecho, Germain llamó a votar el tratamiento del Expediente 684/12 que fue  rechazado por cinco votos, dos afirmativos  (Elizalde y Lamas) y una abstención (Paso).




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