lunes, 19 de marzo de 2012

EL MANEJO DISCRECIONAL DEL INTENDENTE ALTIERI EN LA DISTRIBUCION DE PAUTAS PUBLICITARIAS OFICIALES


PAUTAS PUBLICITARIAS OFICIALES (PINAMAR)
( El Cartero de Pinamar) Es indispensable establecer reglas para la adecuada distribución de la publicidad oficial en el partido de Pinamar. Hace falta una norma o instrumento legal que regule la materia y la necesidad de contar con elementos objetivos que permitan una adecuada distribución de las pautas publicitarias oficiales, en forma transparente, equitativa y acorde con la llegada y penetración de los medios de comunicación social.
Se parte de la base de que la publicidad de los actos de gobierno, a la cual está constitucionalmente obligado el Intendente, debe llevarse a cabo en forma no discriminatoria, sin afectar la libertad de expresión y de modo que se asegure "su llegada eficaz al público al que está dirigida". Debe asumirse que la publicidad oficial es un vínculo entre el Estado y la ciudadanía, y no "un mecanismo destinado al sostenimiento económico de personas o empresas" y asumir además que "la publicidad oficial es un contrato, no una dádiva o una prebenda para aquellos que se nutren del calor oficial o viven del elogio obsecuente".
El Estado municipal necesita comunicar sus propios actos de gobierno, especialmente todo lo referente al manejo de fondos públicos, efectuar publicidad institucional, llevando adelante campañas de prevención, concientización y educación en numerosas áreas, así como cumplir obligaciones legales en materia de bienes y servicios, o anunciar licitaciones, contratos, concursos y todo lo referente a la actividad que realiza.
Lamentablemente, el gobierno del Dr. Blas Antonio Altieri se caracteriza por la discrecionalidad en la asignación de la publicidad oficial; es más, el vertiginoso crecimiento del gasto público en general y en ese rubro en particular no está acompañado por una mayor transparencia, particularmente si se asume que en Enero y Febrero de 2012 el Intendente asignó solapadamente pautas publicitarias a medios afines al gobierno.
Es una obligación reconocer principios que deberían ser indiscutibles, fundamentalmente los que protegen la independencia de la prensa, al establecer que el principal criterio rector de la materia debe ser la más eficaz llegada al público al que está dirigida, y no un modo de premiar el amiguismo, la obsecuencia, o de castigar la crítica periodística.

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