sábado, 21 de abril de 2012

Carlos “el mañero” Oricchio


por Walter Montero
El jueves  pasado se dio el encuentro entre el Dr. Lucas Ventoso y el ex asesor externo del municipio  Dr. Carlos “el mañero” Oricchio. Ocurrió finalmente en el Programa “Que Mañana” que conduce Tito Bausela. Hecho  significativo en sí mismo ya que habla de la necesidad del Dr. Oricchio de salir en los medios con la intención de confundir. Aún en aquellos  en los que no tiene garantizado ni el aplauso ni el silencio  cómplice.
Las dos notas hechas por el periodista al Dr Oricchio muestran que es posible repreguntar y que esto no necesariamente implica ser tildado de “periodista militante”.  Se trata de informar y de querer saber distintos aspectos sobre la verdad de los hechos. Se trata de ser nobles y dignos ante los demás, ante nuestros hijos y amigos y no como traficantes mercenarios  de la información.
 Y ¿cuál es la verdad de los hechos?
Que familiares y amigos del intendente ocupan viviendas destinadas a  familias de escasos recursos.
Que Oricchio figura como apoderado de la fundación Ecopinar y que es amigo y socio del Intendente Altieri.
Que se talaron árboles ilegalmente para que la empresa de ambos construyera un hotel además de otros pormenores.


¿Cómo se defendió “el mañero” Oricchio?
Con la idea de verdad jurídica. Una idea donde la verdad es aquella que se puede probar  dentro de un proceso judicial. Poco importa lo que resulta evidente para toda la comunidad y que expresó cabalmente Tito Bausela.
A Oricchio no le importa la verdad, le importa lo que le puedan comprobar. De ahí que es lógico comprender el cinismo con el que recorrió toda la entrevista y que por momentos indignó al conductor.
A confesión de parte relevo de prueba dicen los abogados. Oricchio no iba a confesar nada. Ni siquiera aquellas cosas que nos resultan obvias a todos.   
Un párrafo aparte merece su insistencia argumental sobre el “conocimiento científico” con el que pretendió avasallarnos y ningunearnos a todos a través de la figura del periodista.
En un tono lleno de obscena  soberbia, propia de quien se cree en una categoría supra humana, nos mandó a callar a todos tratándonos  de ignorantes.
La finalidad de este argumento y  de hacerlo público a través de los medios es la necesidad de generar  dudas en la comunidad sobre su verdadera participación en los  hechos denunciados.
En sí mismo este argumento es un absurdo conceptual importante que amerita recomendarle al Doctor Oricchio la lectura de algunos autores sobre teoría del conocimiento y epistemología, como por ejemplo  Gastón  Bachelard, Thomas Kuhn, o Michel Foucault.
Los abogados, los juristas son los representantes simbólicos de una ciencia que es básicamente interpretativa, en la cual la  idea de verdad y el proceso delineado para conocer la misma es un producto histórico y social.
La interpretación jurídica es una actividad que desarrollan todos los sujetos que intervienen. Interpreta, en primer lugar, el creador de las normas generales y abstractas. Interpreta el destinatario que cumple o incumple esas normas. Interpreta el funcionario o agente que vigila y exige el cumplimiento. Interpreta el abogado cuando asesora a sus clientes o cuando esgrime en juicio la fuerza de dichas normas. Interpreta también el juez que pronuncia sentencia.
Todo este mecanismo de la interpretación es la que le permite al “mañero Oricchio”  deformar una verdad real que, más allá de los artilugios legales que pueda presentar él y sus amigos y socios, no podrán cambiar la condena social que ya pesa sobre ellos.
Ojalá la justicia del Poder Judicial interprete lo que todos sabemos, y que no deforme una vez más los hechos. El “mañero” Oricchio podrá, espero que no, resultar inocente en un fallo judicial producto de su habilidad, del manejo técnico de la causa, o de la complicidad de otros.  Lo que no podrá cambiar Oricchio ni nadie es la realidad de los hechos. Realidad y sentir comunitario que quedó incontrastablemente expresada  en la afirmación del periodista cuando le dice que resulta particularmente “extraño” que se haya enterado por los medios de comunicación que era apoderado de la Fundación encargada de hacer viviendas sociales que terminaron en manos de familiares de sus amigos y socios.
Que Pinamar está cambiando lo he dicho en varias oportunidades. El cuestionamiento a lo instituido, a la autoridad en su forma más retrógrada, es una señal saludable. Si esta crisis institucional sirve para curarnos en sociedad bienvenida sea.
  
                                                          

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